Así nace la idea de construir el Santuario Nacional.
Hna. Niuska Reyes
En 1975, Año Santo, Monseñor Angel Polachini, Obispo de Guanare, invitó a la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento a fundar una casa en Guanare. El 2 de febrero de ese año, a las 10 de la mañana, con una gran procesión del Santísimo Sacramento y acompañado de una multitud de guanareños, se instala la Casa de Retiro Nuestra Señora de Coromoto. Ese mismo día llegó a esa ciudad un grupo de monjas para establecer la nueva casa, acompañadas por la Madre General, la Madre Elizabeth y la Secretaria General de la Congregación, la Madre Guadalupe. La Hermana Niuska Reyes formaba parte del grupo fundacional. Además de las religiosas, viajaron a Guanare en esta oportunidad varias señoras coromotanas de Cara-cas; entre ellas estaba la Señora Lilia Blank de Convit.
Cuenta la Madre Guadalupe, quien el día anterior había ido, como de costumbre, al sitio de la Aparición para meditar y rezar el Santo Rosario, que encontraron el lugar bastante deteriorado, sucio y descuidado. Cuenta también que la señora Convit se acercó a la Madre Guadalupe, que para ese entonces tenía ochenta años de edad, y le dijo:
«Madre, acabo de tener una idea y es la Virgen de Coromoto quien me ha iluminado; me da tristeza ver el estado en que se encuentra este templete donde está la Virgen de Coromoto. Hace 323 años que la Virgen de Coromoto se nos apareció aquí en Venezuela y no le hemos hecho un templo, y esto da pena. Somos doce millones de venezolanos; si cada uno diera un bolívar, recogeríamos doce millones.
¿Por qué no le hacemos un templo a la Virgen de Coromoto con este dinero para que sea un sitio de adoración y recogimiento y no siga en el estado en que se encuentra?» A la Madre Guadalupe le emocionó la propuesta de levantar algo digno a la Virgen de Coromoto. Y así surgió la idea de levantar un templo grandioso a la Virgen. Se encontraban presentes la Madre Guadalupe, la Madre Elizabeth, entonces Superiora General, la Hermana María del Niño Jesús, Supervisora de la Comunidad y todas las Hermanas que tomaríamos parte de la Nueva Fundación. Nos acompañaban también la Señora Lilia de Convit y la Señora Mery Cano.
Las Siervas regresaron a la Casa de Guanare y la Madre Guadalupe le hizo participe a la Madre Elizabeth de todo su pensamiento. Luego, les comunicó a las religiosas la idea propuesta por la señora Blank de Convit. Les dijo: «Será éste un sitio de oración, de alabanza, de recogimiento, para que así el peregrino pueda orar y estar a solas con su Madre, para que sea ella quien lo lleve a Jesús» Cuando se reunieron para la bendición e instalación de la nueva casa, le habló de la idea de construir un templo al Obispo de Guanare, Monseñor Angel Polachini, quien había llegado de visita esa misma tarde para ver cómo estaba la nueva comunidad de Siervas del Santísimo Sacramento. En ese momento, el Obispo no hizo ningún comentario; más bien, quedó sorprendido con la propuesta. Las hermanas dijeron: «Madre, ¿cómo se va a echar esta comunidad de religiosas esa responsabilidad tan grande, cuando Venezuela, en 323 años, no le ha hecho nada de verdad a la Virgen de Coromoto?» Ella respondió: «Hay que empezar; toda obra tiene un comienzo. Vamos a hacer todo lo posible para que esto sea una realidad. Yo he tomado esta idea de la señora Convit y voy a trabajar eso en Caracas» Al regreso de la Madre Elizabeth y Madre Guadalupe a Caracas, llamaron por teléfono a la señora Ana de Leáñez con el objeto de comunicarle lo acontecido y solicitar su apoyo. Desde ese momento, estas tres señoras se constituyeron en un formidable equipo de trabajo, inspiradas de una gran motivación para construirle un templo a la Virgen de Coromoto.
Con la finalidad de promover la idea, en agosto de 1975 se preparó una peregrinación a Europa y Tierra Santa. El grupo organizador estuvo formado por la señora Eugenia Núñez Salas, Ana Lugo de Leáñez y el Monseñor Alfonso de Jesús Alfonzo Vaz. Durante esa peregrinación se hizo mucho énfasis en la construcción del templo a la Virgen de Coromoto y la idea obtuvo contundente apoyo.
Posteriormente, la Madre Guadalupe sugirió que se hiciera una peregrinación a Guanare, para agradecer a la Virgen de Coromoto y para que ésta les diera fuerzas para acometer la construcción del templo. En esta oportunidad, la Madre Elizabeth, la señora Lilia de Convit y la señora Ana de Leáñez visitaron al Obispo de Guanare, Monseñor
Polachini, para informarle del éxito del viaje a Tierra Santa. Monseñor le preguntó a la Madre Elizabeth: «Bueno, ¿qué ha pasado con aquel proyecto que tenía la Madre Guadalupe?» Se le respondió: «Monseñor, ella está esperando que Usted lo autorice». Contestó el Obispo: «Dígale que se lance en nombre de la Virgen de Coromoto». Regresaron a Caracas y le dieron la gran noticia a la Madre Guadalupe. Esta escribe entonces una carta a todos los obispos de Venezuela para solicitar apoyo. El entusiasmo fue general. Luego llamó a la señora Leáñez y le preguntó:»¿Usted se embarcaría en esta nave? El capitán es una vieja de 80 años, porque esto es algo tremendo, y grande la responsabilidad que vamos a tener. ¿Usted me acompaña-rá?», y la señora Leáñez le contestó: «Madre, mis hijos ya crecieron, ya todos están grandes, ya no tengo ninguna responsabilidad y puedo darme integra a la Virgen de Coromoto. ¡Cuente conmigo!».
La Madre Guadalupe había tenido la misma respuesta de la señora Convit. Desde ese momento, este trío de damas – las señoras Convit, Leáñez y Madre Guadalupe- se dedicó con todo empeño a hacer realidad el proyecto del templo a la Virgen de Coromoto.
El grupo promotor, acompañado por la Madre Elizabeth, se entrevistó luego con el Cardenal José Ali Lebrún para informarle sobre el proyecto. Al Cardenal le pareció una tarea muy difícil y les recomendó que desistieran del proyecto. Entraron a orar en la Santa Iglesia Catedral; de allí salieron más fortalecidas para seguir trabajando y para lograr la meta que se habían propuesto. De este grupo de singulares mujeres, solamente una sobrevive hoy, la señora Leáñez, quien tendrá la dicha de estar presente en la Bendición Papal del Santuario Nacional a la Virgen de Coromoto. Le pedimos que nos diese un último comentario sobre su experiencia en esta aventura divina, y nos contestó: «Al levantar el Santuario a la Virgen de Coromoto, queremos demostrarle que éste era un momento de amor, donde se dice a su hijo, Nuestro Señor Jesucristo, que será siempre un sitio de adoración y de encuentro con todos nuestros hermanos en la fe. Será la fe la fuente de nuestras esperanzas, porque todo el que se acerca a Jesús, a José y a María, recibe siempre mucho amor y protección. Esta nación, llamada Venezuela, ha sido elegida por la Virgen de Coromoto porque en este pedazo de tierra posó Ella sus plantas cuando visitó aquí a los nativos. Y fue Ella quien dio a los hijos de esta República heroísmo y profunda fe para salvar la Patria. Es por eso que cada día alabamos, bendecimos y damos gracias al Señor y a mi Santísima Madre. Porque orar es, en efecto, comunicarse con Dios. La oración y la alabanza expresan al mismo tiempo la verdad del hombre y de Dios. Esa dicha no termina aquí; más bien nos debe servir de estímulo. Si nos proponemos hacer algo con fe, con entusiasmo y sacrificio, poniendo cada uno un granito de arena, podremos estar seguros que lograremos siempre el éxito esperado»
La construcción del Santuario.
Para los trabajos del templo, todos los años había que hacer una programación del trabajo que se iba a realizar.
Con los programas se estimaba lo que se debía recabar cada año. Se hacían diligencias ante el Ministerio de Desarrollo Urbano (MINDUR) para obtener el aporte del Ejecutivo Nacional. En una oportunidad se le planteó al Ministro Dr. Penzini Fleury nuestras necesidades. En la entrevista ocurrió la siguiente anécdota: El Doctor Penzini nos dijo: «Mirando la lista de las audiencias para este día, vi que ustedes figuraban en ella y suponía que era para pedir dinero. Al acostarme, soñé con Papa Dios, a quien le hice la siguiente pregunta: Mañana, la gente del Santuario viene a visitarme. ¿Qué opinas tú, les doy plata o se la doy a la gente de los barrios marginales que están en el entorno? Y Papa Dios me respondió: «No, no les des nada. Dale la plata a la gente que está en el entorno».
Yo me quedé impresionado y uno de nuestros colaboradores que había ido con nosotros a esa visita, el Arquitecto Francisco Peyró, de pronto tomó la palabra y le respondió al ciudadano Ministro. «Mire, qué casualidad; yo soñé lo mismo que Usted y le hice la misma pregunta que Usted, pero la respuesta no fue la misma. Papa Dios me contestó que fuera a buscar hasta el último bolívar antes que uno de los tantos corruptos que hay en el gobierno se lo lleve todo». El Ministro, que tenía mucha chispa, reaccionó diciéndole que eso se lo había dicho ciertamente Papa Dios a él.
Soy ingeniero y profesor en la Universidad de los Llanos Occidentales «Ezequiel Zamora» (Unellez) con postgrado en la Universidad de Purdue, U.S.A. Llegué a Guanare en 1977, procedente del MOP en Caracas y de la Universidad Simón Bolívar, para continuar trabajando en la Universidad en Guanare.
A los dos años de haberme iniciado, se acercó la Hermana María del Calvario a la Universidad para plantearme la idea de lo que estaba haciendo. Quería que nosotros, los que trabajamos en la Universidad, participáramos. La Universidad realmente siempre fue muy receptiva y colaboradora desde el inicio de la obra hasta estos momentos. Luego que visitamos el terreno, que en esa época tenía 5 hectáreas, se le hizo un análisis a futuro. Emitimos la opinión de que con esa superficie de terreno no se podía garantizar el desarrollo posterior. Más tarde, el dueño de los terrenos aledaños, un señor italiano, donó 5 hectáreas hasta completar 10 hectáreas; sin embargo, tampoco esa superficie era suficiente ni significativa. Se le recomendó a la Asociación Civil que propusiera y tramitara ante el Instituto Agrario Nacional (I.A.N.) la expropiación de la finca completa, que alcanzaba a 1.200 hectáreas. Con dicha área era posible construir unas aldeas coromotanas en el entorno y dejar suficiente terreno para el futuro desarrollo. Pero lamentablemente, el I.A.N. no tenía dinero para expropiaciones. En consecuencia, no se logró cristalizar nuestra proposición. Entre tanto, el ciudadano italiano puso en venta la finca y se la vendió de pronto a un francés que no vivía en Venezuela y que sólo vino para hacer la operación. A los pocos días, me enteré que ese señor regresaría. Con la ayuda de un compañero de trabajo de nacionalidad francesa, ya que el comprador no sabía español ni yo hablaba francés, cité al nuevo dueño a la Universidad. Le dije que, como universitario, como gente que quería el desarrollo de la región, le proponía que donara a la Coromoto unas 100 hectáreas, para garantizar el futuro de la obra y de la región; no obstante, el señor respondió que él no había venido a donar tierras, que había venido sólo a hacer negocios. Por lo tanto, si nosotros queríamos adquirir esa superficie, nos costaría Bs. 1.700,000. Cuando observé que no podíamos convencerlo, le expresé que yo había sido comisionado para invitarlo a una reunión en el Seminario. Allí le presentamos a una serie de personalidades de Guanare. Todas ellas representaban a diferentes asociaciones que hacían vida fija en la comunidad. Estaban presentes un representante del Colegio Médico, del Colegio de Ingenie-ros, del Colegio de Abogados, de la Universidad, el Obispo y el Alcalde.
En dicha reunión le propuse nuevamente la donación de 100 hectáreas, pero el nuevo dueño se mantuvo en el precio de Bs. 1.700.000. En vista de su terquedad, nos vimos obligados a señalarle las normas legales vigentes en Venezuela en cuanto a desarrollos de interés colectivo. Que era muy factible, en casos similares, que el Gobierno emitiera un Decreto de Expropiación por causa de Utilidad Pública y que, como se trataba de un Santuario Nacional, se podía expropiar, no un lote de terreno sino toda la finca; con ello él se vería muy afectado porque, mientras los tribunales no decidieran, los precios se mantendrían congelados y cualquier precio establecido sería cancelado tardíamente. Cuando el francés se enteró de estos pormenores, decidió entrar en negociación y aceptar Bs. 240.000,00 por la venta de 100 hectáreas, en lugar de los Bs. 1.700.000,00 a que aspiraba. Posteriormente se fueron haciendo otras adquisiciones de menor cuantía, hasta totalizar las 200 hectáreas que hoy tenemos. Por tal motivo, consideramos que el desarrollo futuro está garantizado. En dicha reunión fue muy útil la participación del compañero de la Universidad quien, como traductor e intérprete, siempre nos favoreció.
Esta obra está enclavada en la llanura venezolana, en una zona con muchos problemas de drenaje. El Santuario está inmediato al cauce del rio Tucupido, relativamente a escasos kilómetros de distancia, donde el Tucupido desemboca en el río Guanare. Por ello, esta zona siempre está sujeta a inundaciones durante largos períodos allí donde no había penetración. Es lo que hace que se estableciera en Guanare lo que llaman el primer monumento en la quebrada de la Virgen, ya que en aquellos primeros tiempos no se podía penetrar hasta el sitio de la aparición. Posteriormente, cuando se inicia la construcción del templo, no había ningún control de estos rios, ni del Tucupido ni del Guanare. Las inundaciones eran periódicas cuando llegaban las lluvias. El año en que se hicieron las excavaciones para la cripta, se inundó todo aquello. El Señor Manolo Fourió, quien fue durante mucho tiempo el maestro de la obra, pasó momentos realmente muy dificiles, inclusive con peligro de hasta de perder la vida. En una oportunidad, él y el Doctor Erasmo Calvani quedaron aislados; estuvieron ahí sin poder salir por casi dos días, porque la inundación era muy grande. Gracias a Dios, con el transcurrir del tiempo, y yo creo que con la ayuda de la Coromoto, porque esta obra no estaba programada para hacerla sino 15 años después, se adelantó la represa de Tucupido en aquella época de bonanza; fue entonces cuando se logra el control del río Tucupido.
Esto ha hecho que la obra se encuentre ahora más protegida. Claro está que siempre hay pequeños problemas, sobre todo cuando las lluvias son muy fuertes. Ello se debe a que el río Guanare no está controlado y actúa como dique para el río Tucupido, aunque pocas veces esto afecta las adyacencias del Santuario. De todas maneras, allí donde se construyó el Santuario y en su entorno más inmediato, fue necesario hacer un gran relleno para que la obra se hallara segura y quedara garantizada. Tanto a la obra, como a sus accesos, hoy se puede llegar cómodamente en cualquier época del año, aún en los momentos más críticos a causa de las lluvias. Sin embargo, los comienzos fueron muy duros y los costos muy elevados como consecuencia de los pilotajes y anclajes que hubo que colocar para dichas estructuras.
En los aspectos técnicos de esta obra ha intervenido, en una u otra forma, una infinidad de personas. El punto de partida se debe al Arquitecto Erasmo Calvani, proyectista de la misma. En sus inicios contó con el Doctor Juan Capdevilla, arquitecto español, tanto en la concepción de la idea como en su realización. Otro gran colaborador, como maestro de obra, fue Manolo Fourió, quien lo acompañó desde el inicio de los trabajos de construcción del Santuario; era el encargado del equipo de traba-jo. Desde hace aproximadamente nueve años, tomamos la decisión de no seguir trabajando con administración directa, dado que el volumen de trabajo llegó a ser muy grande y se requería de mucha especialización; se optó por trabajar por la vía del contrato con las diferentes organizaciones y especialistas que se fueran necesitando. El Doctor Francisco Matute era el Ingeniero Residente del Doctor Erasmo Calvani, lamentablemente fallecido de un infarto. Era un hombre sumamente valioso. Después de su muerte han desfilado otros tantos ingenieros: El Ingeniero Rafael Sanoja, joven y muy competente; según narra la Hermana Niuska, dicho joven se formó en las brigadas juveniles coromotanos y hoy es director técnico de la obra, acompañado de sus colaboradores más inmediatos, los ingenieros Olida Quiñones, Edgar Cano, Oswaldo Barbera, Jesús Vega y los técnicos Darío Urriola, Julián González y Roger Mejía.
En la gerencia del proyecto se han desempeñado profesionales muy capaces, como los doctores Erasmo Calvani, Francisco Peyró, Gustavo Flamerich. A la fecha, en la recta final, la Asociación Civil me ha encomendado la labor de garantizar su culminación. Las arriba mencionadas son las personas que, en el aspecto técnico, han estado más cercanas a su construcción. En fin, son innumerables las empresas y los especialistas que hemos buscado y que han aceptado dar su aporte totalmente gratuito, en atención a que se trataba de la patrona nacional.
Lo que es cierto es que siempre se contó con especialistas de la Universidad de los Llanos en lo referente a la problemática hidráulica y en materia de paisajismo, como por ejemplo a través de los doctores Richard Schargel y Pedro José Urriola, quienes siempre dieron su aporte gratuitamente, como contribución a la Virgen de Coromoto; también y en igual forma contribuyeron muchos otros especialistas de otras universidades, institutos y dependencias oficiales. A lo largo de la obra, se contó con otros tipos de apoyo. Por ejemplo, para la desforestación y limpieza del terreno, el Ministerio de Transporte y Comunicaciones (M.T.C), Dependencia local, siempre nos facilitó máquinas con su respectivo personal. Así mismo, debo destacar la colaboración de la Gobernación del Estado y, en especial, del gobernador Elías D’Onghia, en su segundo período, quien apoyó de frente la obra; además del aporte económico, que fue sustancial, nos brindó una generosa colaboración en todas las actividades comprendidas en la labor realizada en la iglesia, en las programaciones. Los presidentes de la República durante el período de construcción del
Santuario, todos ellos, prestaron su apoyo económico; no vamos a comparar quién dio más o quién dio menos, pero no queremos dejar de reconocer que el Doctor Rafael Caldera es el que más ha aportado y el que más interés ha puesto para que la obra se pusiera en funcionamiento.
En cuanto al desarrollo de la construcción del Santuario, esta obra, como toda obra de gran magnitud y, más que todo, como obra de iglesia, se fue haciendo en función de los recursos de los cuales se disponía. El Doctor Erasmo Calvani me mencionó, tal vez como por estrategia, que el costo de la obra sería, más o menos, de diez millones de bolívares, lo que para esa época era bastante dinero. Dijo también al comienzo, que se había opuesto a que la obra se levantara en el sitio donde se hizo. Su idea era construir el templo en una de las elevaciones del piedemonte que bordea la Troncal S, en un cerro desde el cual se viera toda la llanura; quería además hacer un bulevar del tipo que hay en Washington, que permitiera salir del templo hacia el sitio de la aparición, donde se encontraba el templete.
Pero no fue su voluntad la que se impuso, sino la del grupo que propiciaba la obra, que quiso que el templo se construyera justamente en el sitio de la aparición.
Cuando se empezaron a gestionar los permisos para la construcción, el Ministerio del Ambiente los objetó porque el río Tucupido no estaba controla-do, lo que la llevaría a confrontar graves problemas. Al empezar los trabajos ya se había iniciado la construcción de la represa; sin embargo, al comienzo hubo problemas porque el tapón no estaba puesto y seguían las inundaciones. Los permisos se dieron cuando fue evidente que el problema sería solventado. La construcción arrancó a ritmo lento porque los recursos no alcanzaban para hacerla avanzar con rapidez. En los catorce años de construcción, la obra pasó por épocas muy difíciles.
Hubo un año en que los trabajos estuvieron paralizados totalmente por falta de recursos. Se vuelve a arrancar, pero de manera incipiente debido a la misma causa. Posteriormente, pasó lo mismo por un lapso de seis meses. Pero a pesar de todos estos contratiempos, la obra ya está por terminar, y dada su magnitud, en tiempo récord.
Esta obra pasará a la posteridad porque, desde el punto de vista arquitectónico, rompe con todos los esquemas en materia de iglesias. Es una obra realmente monumental y su arquitectura es muy moderna. Lo tradicional es que las iglesias, por ser espacios grandes, se construyan usando muchas columnas para soportar el techo. El Santuario se aparta de esa tradición, no hay columnas. En las iglesias, la parte de la cobertura del altar normalmente es una gran cúpula. En el Santuario no hay cúpula sino una figura geométrica conocida con el nombre de doble hiperboloide elíptica, que también rompe con todos los esquemas, porque es muy difícil de construir. Es indudable que en esta gran obra desde el punto de vista arquitectónico, el Doctor Erasmo Calvani se consagró.
Viene después el aspecto de ingeniería. Una cosa es proyectar algo en un papel y otra es hacer-lo. Hay que tener la pericia y la técnica para que lo que está en el papel se pueda reproducir fielmente y con la seguridad debida. En los cálculos para que el templo fuera hoy una realidad, participaron muchas empresas. Para ello, se utilizó una técnica que, para ese entonces, constituía una innovación: las computadoras. Debo aquí mencionar al Doctor Betancourt, quien fue el calculista de gran parte del templo; funcionario de MINDUR, fue uno de los expertos que participó más efectivamente. Hoy, cualquier persona que visite el santuario, se admira del Cimborrio. Eso era lo primero: hacer un replanteo de cada nivel en el piso; luego armar el encofrado en elevado para ir completándolo. Se logró y, lo que es más grandioso, con técnicos venezolanos y con obreros de la zona. Algunos cálculos fueron hechos en España, pero en su mayor parte se hicieron aquí.
Hay hechos hermosísimos en la construcción, como por ejemplo la fabricación de los vitrales de Guillermo Márquez. Se hizo iniciando una escuela en el sitio, enseñando a los obreros de la zona a cortar vidrios, a moldear y armar, guiados por un artista venezolano. En los actuales momentos, participa en toda la parte artística de vitral de hierro forjado, de diseño de altar, el señor Ángel Atienza, hombre versátil y gran colaborador, quien hoy juega un papel muy importante.
Comparar el estilo de ambos vitralistas, es algo que sorprende. Hay un dicho que es una gran ver-dad: «Entre gustos y colores no han escrito los autores». Como es lógico, Márquez utiliza su estilo y su técnica. Atienza tiene, hasta el momento, tres vitrales. La técnica usada en cada uno de estos sectores es diferente y ha construido los vitrales en relación directa con el sitio donde los coloca. Por supuesto, es otro artista, otra técnica. Con todo, lo hermoso en una obra como ésta, es la diversidad; el tiempo dotará al Santuario de muchas más obras de arte, hechas por diferentes artistas con diferentes estilos. Cada quien en su estilo es un maestro; los dos vitralistas citados son grandes artistas. El señor Atienza sigue, con gran entusiasmo, creando una diversidad de obras de arte: vitrales, barandas. Vendrán otros artistas. Por ejemplo, para los altares habrá que esculpir en madera la figura de la Virgen y ya se lo hemos encomendado a un artista local de amplia trayectoria: Antonio Cristancho, trabaja en cerámica y en bronce y talla en madera. La Asociación lo escogió para esa tarea.
En esta etapa, cuando se está realizando el grueso de todos los acabados, prácticamente el cien por ciento de las empresas son de Guanare y de ingenieros venezolanos nacidos o residenciados en esta ciudad. Nosotros garantizamos que, para el mes de enero de 1996, la obra estará lista; tenemos fe en que así sucederá.
En cuanto al piso, el razonamiento es el siguiente: El Doctor Erasmo Calvani siempre dijo algo que a mí me pareció una gran verdad: «Después que Ud. viste a un hombre de frac, no le puede poner alpargatas; tiene que ponerle un calzado acorde a como lo vistió». Esta obra magnífica no podía tener sino un piso de carácter preciosista. Que sería de madera, mármol, granito o piedras del rio Tucupido, picadas y talladas ahí, todo eso se pen-só, y cualquiera de ellos hubiera podido ser la salvación. Pero, ¿por qué granito de Guayana y por qué mármol? Sencilla y llanamente porque son materiales preciosistas muy probados. Primero, éstos son los materiales tradicionales para este tipo de construcción. Segundo, porque fue factor definitivo para nosotros: teníamos seis meses para terminar la obra y debíamos usar materiales que se vendieran industrialmente. Y no hubo otra alternativa;
todas las posibilidades que se plantearon han podido ser, pero requerían mucho más tiempo de ejecución. Teníamos un tiempo perentorio y debíamos trabajar con los materiales que se conseguían industrialmente: granito y mármol. Por lo que se refiere al costo, todos esos materiales son caros, pero ésta era una solución por el volumen del material.
Se cuantifica desde el primer día. Nosotros, cuando firmábamos un contrato, sabíamos cuánto nos costaba el primero y el último metro de mármol; en cambio, la madera requiere de un volumen excesivo y de un largo tratamiento para su uso, por lo que los costos fluctuarían constantemente con el tiempo.
Sobre las propuestas para los diferentes proyectos, normalmente se discutían diversas posibilidades de aporte. Yo les decía a ellos: «¡Propongan!
Pero si el Comité -porque nunca es una decisión solitaria sino colegiada, formado por especialistas-lo rechaza, no se sientan mal; sigan creyendo que la suya fue mejor, y que los locos son los otros, pero quien decide son los otros». Para el diseño del paisajismo tuvimos tres candidatos y se escogió a uno. Para el diseño de muchas cosas hubo diferentes propuestas que se discutieron. Yo diría que la Virgen fue, al final, quien escogió; era lo que ella quería que se pusiera. Hoy la obra está lista, me atrevo a decir que desde el Doctor Erasmo Calvani, quien fue el primero que empezó la obra, hasta el último colaborador, son dignos de un reconocimiento. A mí me molesta cuando veo por la prensa, por medios escritos o en conversaciones, tratar de comparar lo que hizo el uno y el otro. Lo hermoso es lo que resultó del esfuerzo de todos. Yo siento que he recibido mucho más de lo que he dado. Al presente, nos cuidamos de no saturar de muchas cosas el San-tuario. Lo que si queremos es que lo que se haga sea de mucha calidad. Serán varias generaciones a las que les corresponda completar todo lo que el Santuario necesite.
La obra religiosa de mayor importancia en Venezuela
Arq. Francisco Peyró
El Santuario Nacional a la Virgen de Coromoto, construido en el lugar de la aparición, en las cercanías de la ciudad de Guanare, Capital Espiritual de Venezuela, también conocida como la Atenas de los Llanos Occidentales, y una respuesta inequívoca a la religiosidad de los venezolanos afín de estar creando un complejo espiritual -social y cultural- dirigido a la protección de la ecología humana y de la región.
¿Cómo se llega al Templo Votivo? Saliendo de Guanare vía Barinas, después de pasar por el puente sobre el río Guanare, se llega al dispositivo vial y con giro a la izquierda se coge la vía hacia el templo. La distancia desde Guanare son 20 kms. aproximadamente; punto de intersección con la Troncal No. 5 (Tramo Guanare-Barinas).
…Primero se pasa a través del caserío Quebrada de la Virgen (antiguo Altar Monumento la Virgen de Coromoto). Antes de llegar al control de entrada del «Campus Religioso», ya se divisan las esbeltas torres de 70 metros de altura, que contienen ascensores y esca-leras, a continuación, el majestuoso volumen del templo; arquitectónicamente la obra está configurada por los ámbitos que presentan los diferentes aspectos del proceso constructivo de la iglesia católica y su evolución histórica. El estilo arquitectónico se puede clasificar como del Neo Modernismo, o sea, un diseño estructural, funcional y orgánico, dentro del mundialismo actual. En líneas esenciales responde al trazado de planta de iglesia cristiana, orientada hacia la salida del sol. Su fachada principal queda determinada por el acceso primario, El Atrio, con su monumental escalinata que fluye sobre la Mega Plaza y el Axis Cívico del eje longitudinal que define la composición de la edificación del proyecto. Cruzando el atrio se penetra en la nave principal de 80 metros de largo por 80 metros de ancho, aproximadamente. Su capacidad de superficie techada es para unas mil quinientas personas.
La principal característica de este espacio es la no existencia de columnas. Sus cerramientos son muros plisados autoportantes con suficiente esbeltez para expresar las magnitudes del culto religioso. El techo, en su mayor dimensión, es de estructura reticular espacial metálica apoyado sobre los muros autoportantes, con quiebres ornamentales, donde se han colocado vitrales que permiten la entrada de mayor luminosidad y ventilación natural.
El altar mayor queda determinado por la girola o ápside y está coronado por el extraordinario cimborrio que, en síntesis, es un monumental doble hiperboloide elíptico apoyado en dos grandes pilastras curvilíneas.
En el estilo clásico de las iglesias cristianas, equivale a la cúpula del crucero principal.
El coro queda sobre la entrada principal; es una estructura metálica suspendida cuyo acceso es por las torres con escaleras y ascensores, a través de dos túneles elevados en forma de puentes. En los laterales de la espaciosa nave principal se han colocado los altares complementarios. El Santísimo y los símbolos de los valores religiosos integran la sagrada historia del culto coromotano.
El piso es de granito natural con diseños alegóricos a dos colores; conjuntamente con el techo, las paredes y los vitrales de excelente policromía, configuran y valorizan una arquitectura de expresiva y singular belleza contemporánea, y que afirman los criterios arquitectónicos aplicados en el proyecto, armonizando ciertos detalles con las bases y disciplinas litúrgicas.
La Cripta -Sótano-. Esta amplia área queda dividida en dos sectores, el primero bajo el área del atrio y la escalinata, que ha sido asignada para las instalaciones de una emisora de radio católica, con fines de divulgación y culturización social y espiritual. El 2º sector de la cripta, de mayores dimensiones, va destinado a la instalación del Museo Coromotano con un conjunto de actividades de apoyo para las distintas celebraciones y actos relacionados con las festividades y prácticas del culto coromotano. Quedan enclavadas en este sector, ciertas áreas de servicios técnicos y para la atención del público visitante.
La Región y la Micro Región, serán favorecidas con la gran afluencia y abundancia de público visitante, peregrinos, feligreses, el turismo religioso (nacional e internacional); para ello se cuenta con la organización del transporte terrestre y el aéreo, que contribuirá a proporcionar un buen servicio para el visitante y los grandes contingentes que se han estimado dentro de los cálculos y proyecciones establecidos con prudente moderación.
La programación integral incluye la escuela granja y las áreas de esparcimiento para los grupos jóvenes.
Situándonos en el entorno, en las áreas exteriores inmediatas al volumen de la edificación, se han construido escaleras y rampas para mejorar el acceso y la seguridad de los visitantes. Todas las partes que quedan elevadas sobre el nivel del terreno, han sido protegidas con barandas balaustradas de hierro fundido con policromías de vidrios incrustados.
Forman parte o unidad funcional de esta primera Fase para la puesta en funcionamiento del Santuario – La Consagración – en el mes de febrero de 1996, las edificaciones de apoyo, que son la Sacristía, servicios de logística, administración y gerencia religiosa, las dos edificaciones de servicio residencial para las Siervas del Santísimo y los sacerdotes asignados a la custodia, conservación y mantenimiento del mismo templo.
En tal situación quedan cubiertos los servicios mínimos de atención al visitante, así como los requerimientos técnicos y de seguridad al usuario, necesarios para lograr un buen funcionamiento del área de servicio.
La vialidad, el acceso y movimiento, están resueltos por un conjunto de vías en forma de anillos simbólicos que cubren la totalidad del área o sea del predio que comprende la extensión de terrenos del Santuario. Al anillo vial que circunda la edificación del templo y el símbolo de la Fe Cristiana, le anteceden los dos anillos que simbolizan la esperanza y la caridad, integrando el gran axis cívico desde la extensión de la mega plaza hasta el lindero de la llegada y control de entrada.
Esta concepción de ordenamiento especial considera ampliamente los efectos del impacto ambiental, clasificando y protegiendo cada uno de los sectores y áreas con abundante vegetación, manejo del drenaje y prácticas agronómicas para la mejora del ambiente, con la creación de cuerpos de agua – lagunas artificiales – y las arterias naturales de la geometría de las aguas de la lluvia.
El terreno presenta una forma poligonal limitada por sus linderos. Al este, con el oleoducto Barinas- Puerto Cabello; por el Sur, con el río Tucupido. Su extensión actual de aprox. 200 has.
Los únicos accidentes naturales son las arterias afluentes de la Quebrada de la Virgen hacia el río Tucupido. Hay pequeñas zonas bajas sujetas a inundaciones en las épocas de lluvia.
Entre las características relevantes de esta hermosa obra, se deben considerar la importancia del paisajismo y la conservación del medio ambiente.
En términos de la Sub-Región son terrenos de vocación y uso rural, de propiedad privada y del IAN, dentro del Municipio.
Entonces, se trata de crear la relación armónica entre la naturaleza y el hombre para proteger el ecosistema del lugar con los aportes de la ciencia y la tecnología. Encontramos la posibilidad de predecir, o sea superar, las formas operacionales, tradicionales y convencionales, lo que nos indica el valor y el manejo de la Planificación y la Programación- Gerencial, necesidad esencial en toda obra actualizada, así como la claridad de sus objetivos y metas (corto, mediano y largo plazo) En consecuencia, la elaboración del Proyecto, en su figura e instrumentación, nos conduce al camino de un exitoso fin.
El proyecto del Santuario es elaboración de los eminentes arquitectos Erasmo Calvani y Jean Capdevila. En el transcurso de las obras intervinieron otros calificados profesionales de la arquitectura, la ingeniería y las Ciencias de la Tierra, con la participación meritoria de la Universidad local Unellez Vice Rectorado de Guanare.
La atención al visitante. Pensar en la gente. Esta preocupación ha sido considerada como prioridad.
El visitante en las épocas normales podrá llegar en transporte particular o colectivo, tendrá acceso a las áreas de estacionamiento y recepción, donde se han instalado servicios sanitarios y los grupos de personal de apoyo para la atención al público.
La proyección histórica se orientó hacia una acertada obra de calidad material y espiritual.
SINTESIS
Se ha creado un concepto generador (el templo material).
Una extraordinaria, obra simbólica que consiste en la llama candente de la Fe, en medio del paisaje natural llanero. Crea un escenario de agradables, significativos y amplios visuales para ver y entender la vida con mayor luminosidad y paz de espíritu y llegar a ser trascendentes, o sea, alcanzando, además del cuerpo sano y la mente sana, el alma y el cielo.
Participación de la congregación de Las Siervas del Santísimo Sacramento en la construcción del santuario dedicado a La Virgen de Coromoto
Al analizar los antecedentes de la construcción del Santuario Nacional a la Virgen de Coromoto, tenemos que reconocer que las Siervas del Santísimo Sacramento han desplegado una intensa y fructífera actividad en la consecución de dicha meta.
Esta congregación la funda Monseñor Juan Bautista Castro Cueva, en Caracas, en 1896, con la misión espiritual de promover la adoración del Santísimo Sacramento. En casi cien años, las Siervas fundan casas locales en Barcelona, Barquisimeto, Bejuma, Caracas, Caripe, Carora, Ciudad Bolívar, Coro, Guanare, Margarita, Maracaibo, Mérida, San Cristóbal, Trujillo, Valencia y, también, fuera de Venezuela.
El hecho de que existan todas estas casas en las principales ciudades del país, así como la profunda devoción a Nuestra Señora de Coromoto, se debe a la Madre Elizabeth, y especialmente a la Madre Guadalupe, y a un grupo de religiosas, entre las cuales se encuentran la Hermana María del Calva-rio, Hermana San Dionisio, Hermana Henriqueta Dubuc, Hermana Niuska Guadalupe Reyes y otras, quienes favorecieron la cristalización de la idea de construirle un templo a la Virgen de Coromoto. Cada una de ellas se ha dedicado en cuerpo y alma a obtener fondos, realizar peregrinaciones y llevar a cabo todo tipo de actividades, para promover la devoción a la Virgen de Coromoto. De la Madre Guadalupe y de las Siervas, parte toda la iniciativa material y espiritual que ha hecho posible, con la ayuda de miles y miles de personas, devotos coromotanos, la culminación de un propósito que parecía imposible de realizar.
Queremos hacer un homenaje póstumo a la Madre Guadalupe, al publicar la siguiente transcripción de una entrevista que le hizo la Hermana Niuska Guadalupe Reyes, en 1976.
LA MADRE GUADALUPE: UNA COROMOTANA EJEMPLAR
Se puede decir que la Madre Guadalupe era Superiora General de las Siervas del Santísimo Sacramento y Secretaria General para 1975; tuvo un rol decisivo en la determinación de construirle un templo a la Virgen de Coromoto. Transcribimos una entrevista hecha, para esa fecha, por la Hermana Niuska, Secretaria de la Junta Directiva de la Asociación Civil Venezuela a la Virgen de Coromoto.
«Yo no he querido, sino que se levante allí un templo que conmemore la aparición de la Santísima Virgen a los indios Coromotos. Trescientos años de vida ya son suficientes para reparar la ingratitud con que nosotros hemos visto esas apariciones. No he pensado, sino que allí se levante un templo con la limosna grande y pequeña de todos los venezolanos. Ese templo se cubrirá de gloria, será célebre, Usted lo verá, en tierras extrañas y en nuestra propia tierra.
Dicen que es lugar muy feo, que se podría escoger allí otro lugar más bonito y ¿por qué, si la Santísima allí fue que se apareció? ¿Por qué vamos a buscar otro lugar más bonito? Un templo grande, un templo hermoso, un templo digno de ella. Yo no he pensado en otra cosa, pero quisiera que se hiciera con la limosna de todos los venezolanos. Y yo creo que así se va a hacer, van llegando poco a poco.
Hemos llegado casi a más de los dos millones y medio. Ahora, así podemos llegar a lo que cueste; yo no pienso en lo que cueste; yo sé que va a costar mucho pero, ¡qué importa! El tesoro, la bolsa la tiene la Santísima Virgen.
Que se adquieran muchas tierras allí del Instituto Agrario Nacional, o de yo no sé quien, pero que se adquieran esas tierras; pero no se venda sino a dos bolívares metro, para fundar allí un caserio, casitas rurales, muchas casitas rurales, que serán el apostolado de las hermanas que vayan allí, y de los sacerdotes que se congreguen allí. Unas casitas de dos pisos; que no se le vendan a ninguno más que una sola hectárea de tierra, y así se vaya formando ese pueblo. ¿Será más grande que Lourdes? Puede ser.
¿Qué era Lourdes antes de Lourdes, antes de la aparición de la Virgen? Un pueblito. ¿Qué era el Tepeyác? Un cerro en donde no había nadie y del tiro florecieron rosas. Así será Guanare. La aparición. Vendrán propios y extraños a ver ese templo, y los prodigios que allí se adorarán, porque apareció allí la Santísima Virgen, porque se dignó bendecirlo a su Santa fidelidad.
El Doctor Erasmo Calvani, honrado de nacimiento, porque su familia es honrada, y él ha concebido un templo y él lo llevará, no con desprendimiento porque no es rico, pero sí lo podrá llevar bien, con honradez sobre todo, que es lo que necesitamos. El trabajó con amor, con inquietud. Hay que ver la predilección de la Santísima Virgen, el haber confiado a la congregación el levantar ese templo. ¿Qué nos va a dejar a nosotros? ¡Nada! Pero puede dejarle mucho, muchísimo, a la Santísima Virgen.
Muchísima gloria; eso es lo que queremos y eso es lo que buscamos. Dios lo quiere, la Virgen lo bendice y Venezuela lo realiza. Ustedes lo verán, yo no lo veré.
Tengo que recomendarles que no se separen de Ana de Leáñez y de Lilia de Convit. Han sido muy buenas compañeras desde el principio de la obra. Lo mismo que Eugenia Núñez, muy buena compañera. Estén siempre con ellas.
La Madre Elizabeth ha sido la cabeza de la obra; ella es la que ha formado todo y la que ha pensado más; yo no he hecho sino tonterías, y así seguiré haciendo hasta el fin. Las Siervas todas tienen que seguir en esa obra hasta terminarla y no desprenderse de ella, porque la Virgen se las ha confiado.
¿Quiénes serán los sacerdotes? Ella los mandará. Yo no sé, sueño hasta con una pequeña Diócesis dentro de la Diócesis de Guanare. Una pequeña Diócesis con su Obispo y sus sacerdotes, para que movilicen todo el que pueda. ¡Qué bello será eso!
Tantos, tantos y tantos huertos familiares, con sus casitas rurales. ¡Qué alegría! El Santísimo tendrá que seguir siendo expuesto diariamente en esa capillita. En esa iglesia, mejor dicho, que tendrá su capilla especial para el Santísimo. Me llena de alegría el pensar que, después de su elección la Superiora General, la Madre Mélida del Corazón de María, confió a la congregación esa obra, y la congregación, reunida en capítulo general, la acogió con mucha emoción. Ahí están tres pioneras de la obra: Sor Henriqueta, llave de la unidad; Niuska, que comienza la vida y María del Calvario, que dará hasta lo que no tiene para que se levante ese templo en ese lugar; pero eso, las tres unidas, pero muy unidas, levantarán el templo.
Hay una carta mía que es una fantasía que escribí en unos ejercicios hace tres años a la Madre
Elizabeth, y le hablo de la obra y le digo que la Sierva que sea reacia a seguir ese camino, sentirá que sus hermanas la empujan hasta terminar y gozar del templo nacional a la Virgen de Coromoto, en el lugar de sus apariciones el 8 de septiembre de 1652. Esa noche, la Santísima Virgen se apareció al indio cacique de los Coromotos, en el bohío en que habitaba.
Adelante pues, con valor, con brío, con decisión y con amor y juntos nos encontraremos algún día bendiciendo la Santísima Virgen. Amén».
Participación de las Siervas
Alabado sea el Santísimo Sacramento
Caracas, 13 de noviembre de 1975.
Excmo, Sr.
Francisco J. Iturriza
Obispo de Coro
Excmo. Sr. Obispo;
Con un saludo cordial y muy respetuoso, me acerco a Su Excia. para humildemente exponerle, como miembro que es del Episcopado Patrio, un deseo que hace algunos meses, pone una nota de entusiasmo e intranquilidad en mi espíritu eminentemente mariano. Es este deseo, el de auspiciar y colaborar en cuanto ya mis largos años y achacosa salud me lo permiten, en una campaña activa en favor de hacer algo grande en el lugar de la aparición de la S.Sma. Virgen de Coromoto, en la tierra privilegiada que tantas veces recibió su maternal visita, ya que el estado actual de la apari-ción, no tiene nada que satisfaga mi corazón venezolano.
Atendiendo a la inspiración de una piadosa señora que así me lo comunicó, recogi para su idea, de abrir con carácter nacional la recolección «BOLIVAR COROMOTANO», ofrecido una sola vez por cada venezolano con el fin de levantar allí el lugar del actual templete, una Cripta que semeje un bohio, con la S.Sma. Virgen, el indio y demás personajes de la historia coromotana y encima un gran templo, sencillo; pero majestuoso, donde holgadamente quepan los peregrinos que con el correr de los tiempos se irán aumentando cada vez más.
Y todo esto rodeado de una gran explanada, preparada para las procesiones, Vía Crucis y demás obras que la piedad de los fieles quiera presentar como reparación y alabanza a la S.Sma. Virgen. Y muy cerca, edificaciones que sirvan para el descanso momentáneo de los peregrinos y como refrigerio en aquella tierra ardiente de los llanos. Esto es a grandes rasgos el deseo que abriga mi mente.
Como para llevar a cabo, o al menos iniciar y adelantar mucho esta al parecer fantástica Obra se necesita el apoyo y la comprensión, primero que todo, del Episcopado, para poder recolectar en sus ciudades episcopales y en sus Diócesis, ese «Bolivar Coromotano», es que me atrevo a dirigirme a Su Excia. Revdma. solicitando su aprobación, su bendición y su apoyo.
Primero que todo cuento con la bendición y el apoyo total de mi Superiora General y el entusiasmo vivo y palpitante de toda mi Congregación, quien sería si ustedes lo aprobaran, la que se encargaría en primera instancia esa recolección en cada ciudad donde mi Instituto tenga una residencia y que la arbitraría los medio de extenderla a los demás pueblos donde tengamos casas. Formaríamos Sociedad con Personerías Jurídica que lleve el nombre de «BOLIVAR COROMOTANO», con una Junta de Administración y desarrollo, en cuya presidencia estaría siempre el Obispo de Guanare y compuesta por 7 miembros de escogida y reconocida honorabilidad, con Estatutos apropiados al caso. Y se depositaría en un Banco el dinero que valla entrando, rodeándolo de la máxima seguri-dad, hasta lograr el fin deseado. En fin se harían muchas cosas más, se abrirían concursos, se oirían ideas para darle el auge y carácter de seriedad que reclama esta piadosa obra si es que Nuestro Señor y la Santísima Virgen la quieren y bendicen.
Al primero que comuniqué esta idea fue al Sr. Obispo de Guanare quien la aprobó y me animó a escribir al Episcopado. Si le merece confianza mi pobre y humilde persona, y si mi congregación, siempre tan adicta y unida al Episcopado Nacional, le merezca también esa confianza, para hacerla pionera, vocera y casi responsable de esta obra, también necesita y más que nunca, de la aprobación y bendición episcopal.
Muy enterada estoy de que hace años algunos Miembros del Episcopado, a quienes correspondía hacerlos trabajaron con piedad, celo y tesón, para llegar a definir el lugar propio de las apariciones y se empeñaron luego adecentar y dignificar aquel lugar con los medios y modos que entonces estuvieron a su alcance, hasta hacerlo hoy lugar de peregrinaje y veneración venezolana; pero el clamor general es de ya eso sólo no basta, para el momento actual que vive el país. Explendoroso en muchas cosas y que ya más bien es depresivo para los fieles de la S.Sma. Virgen y de las glorias patrias. No se escapa a mi imaginación lo arduo, difícil y complejo de la Obra en la forma en que hoy propongo a Ustedes; pero si ha llegado el momento previsto, desde toda la eternidad, de que el Señor quiera valerse del ser menos apto, de más deficiencias físicas e intelectuales, para proponer y exponer ante Ustedes los más altos representantes de la Iglesia entre nosotros, el anteproyecto y proyecto de una Obra fantástica al parecer de nosotros; pero que si El lo quiere puede llegar a ser suave, fácil y exitoso, cumpliendo así un deber nacional de hacer en aquel lugar bendito de la tierra de Guanare, un Lourdes, un Fátima, un Santuario de Guadalupe o como tantos otros lugares la Santísima Virgen se ha hecho presente; tanto más cuando que ni Lourdes, ni Fátima, tienen una imagen dejada por Ella.
¿Se negaría algún venezolano a dar ese bolívar?
Yo creo que no, dada la generosidad de nuestro pueblo; y aunque no se consiguiera reunir todo el dinero requerido para la majestuosa Obra, al menos así lo espera y así lo cree mi fe y mi confianza en el poder omnipotente de la Virgen María, se reunirían muchos miles y muchísimos miles de bolívares.
Excmo. Señor: si hubiera podido hablar con Ud. personalmente para exponerles mis ideas, está carta habría sido mucho más corta; pero como el tiempo apremia porque el invierno esta muy metido en mis días, lo hago por medio de esta larga carta, que espero de la bondad paternal de Ud. me haga el honor y la caridad de contestar, diciéndome con toda libertad, lo que piensa sobre esto; los pro y los contra que su experiencia le dicte ante lo aquí expuesto. Y ante el resultado final de todo lo dicho y expuesto por Uds. el Episcopado, veré yo la voluntad de Dios, o bien poniendo manos a la obra, o bien retrocediendo antes sus argumentos frente a la temeridad y fantasía de ella.
Excmo. Señor: creo que muchos miembros del Episcopado Patrio me conocen personalmente; algunos me habrán oído nombrar y para otros, ni de nombre ni personalmente soy conocida. Por eso quiero identificarme ante Su Excia. como una humilde religiosa de la Congregación de Siervas del Santísimo Sacramento. Nací en la isla de la Virgen del Valle y por eso tengo profundo amor a la Virgen Santísima. Soy descendiente directa de aquellas mujeres que con piedras derrotaron a los enemigos lanzándolos lejos del terrón insular, para conquistar así la dependencia de su Isla; pero soy también obediente y fiel servidora, e hija amantísima de todos los miembros del Episcopado Nacional, a quienes pido mil perdones y una absolución completa por haberles robado su preciosísimo tiempo con la lectura de esta kilométrica carta.
Besa su anillo Episcopal, humilde hija en N.S.J.
Madre María de Guadalupe
La Asociación Civil Venezuela a La Virgen de Coromoto.
La Asociación nace en Caracas el 18 de febrero de 1976, en una asamblea constituyente que se efectuó en la casa madre de la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento, situada en la Plaza de la Concordia. Estuvieron presentes las siguientes diez y nueve personas: Mons. Ángel Polachini, Obispo de Guanare; Mons. Alfonso Alfonzo Vaz; Madre María de Lourdes Morales (Madre Elizabeth Superiora General de las Siervas del Santísimo Sacramento); General J. M. Sucre Figarella; Dr. Lucas J. Castillo Lara; Lilia de Convit; Ana Lugo de Leáñez; Melania Matos; Helena Vautrai (Hermana María de la Candelaria); María Teresa Baralt (Hermana María de la Merced); Luisa Dolores Lima de Reyna; Josefina Martínez; Elba Dubuc de Tappia; Imelda Morales Lara; Gisela de Sucre; Hugo Pérez; Carmen de Inciarte; Inés Caballero y Nancy Torres.
En esta asamblea se aprobó el Documento Constitutivo de la Asociación Civil Venezuela a la Virgen de Coromoto y se eligió la siguiente Junta Directiva: Presidente: Mons. Angel Polachini, Obispo de Guanare; Primer Vice-Presidente: Mons. Alfonso Alfonzo Vaz; Segundo Vice-Presidente: Sita. María de Lourdes Morales (Madre Elizabeth); Primer Vocal: General Juan Manuel Sucre Figarella; Segundo Vocal: Dr. Lucas Guillermo Castillo Lara; Tercer Vocal: Sra. Lilia de Convit; Cuarto Vocal:
Sra. Ana Lugo de Leáñez; Tesorera: Hna. Helena Vautrai y Secretaria: Hna. María de la Merced.
La Cláusula IV del Documento Constitutivo fija su objeto de la siguiente manera: «La Asociación no tiene fines de lucro y su objeto fundamental es el estudio, desarrollo y construcción de un Santuario y otras obras en el lugar donde ocurrieron las apariciones de la Santísima Virgen de Coromoto».
La Administración de la Asociación desde su comienzo y hasta la fecha, ha sido dirigida y administrada por la Junta Directiva, integrada así: por un Presidente, cargo que recaerá en la persona del titular del obispado de la Diócesis de Guanare; un primer Vice-Presidente, que deberá ser un sacerdote católico y con residencia en Caracas, el cual será designado por la Asamblea de Asociados; un segundo Vice-Presidente que recaerá en la persona que desempeña el cargo de Superiora General de la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacra-mento; un Tesorero; Un Secretario (Su primera Secretaria fue la Hna. María de la Merced -María Teresa Baralt-, al morir la reemplazó la Hna. Niuska Reyes Lovera) y Cuatro Vocales, igualmente designados por la Asamblea de Socios. Los cargos electivos de la Junta Directiva, durarán en sus funciones tres afos. La gestión diaria de los negocios de la Sociedad estará a cargo de la Segunda VicePresidenta que desempeñe el cargo de Superiora General de la Congregación de las Siervas del Santísimo Sacramento.
Desde su comienzo, las Siervas tuvieron que enfrentar la mayor parte de la carga del trabajo diario. La primera Tesorera fue la Hermana María Candelaria y al fallecer la reemplazó la Hermana Cira Romero.
La Hermana San Dionisio y la Hermana Henriqueta Dubuc colaboraban en las peregrinaciones y recolección de fondos, en Caracas.
La Hermana Niuska estaba encargada en Guanare de los primeros momentos de la construcción. Al trasladarse a Caracas, para desempeñar el cargo de Secretaria de la Asociación, se hace cargo del trabajo de Guanare, la Hna. María del Calvario que se desempeñó con todo esfuerzo y dedicación en su nueva labor (18 de abril de 1978).
A través de las Casas de las Siervas en diferentes ciudades del país, se fueron constituyendo Centros Filiales Coromotanos. Y de esta manera, la labor material y espiritual se fue fortaleciendo a través de la colaboración de centenares de fieles coromotanos.
El primer acontecimiento memorable lo constituyó una reunión que se efectuó en Caracas el día 26 de junio de 1977, para presentar la maqueta del proyecto del Santuario, obra del Arquitecto Erasmo Calvani.
Sin duda alguna, la Junta Directiva de la Asociación tenía que dirigir, motivar y encauzar una compleja operación. Por un lado, estaba la compra del terreno, estudios técnicos y la construcción del Santuario y, a la par, tenía que dedicar buena parte de su tiempo a la obtención de los fondos para acometer la obra. Estos primeros años fueron de mucho trabajo y preocupación para los miembros de la Junta Directiva. Tanto así, que en 1986, la obra tuvo que paralizarse por falta de fondos.
El Ingeniero Julio C. Casas, h., en visita a Guanare, encontró paralizada la construcción y, cuando regresó a Caracas, se presenta a la Madre Omaira Cuevas para ofrecerle sus servicios voluntarios. La Madre lo invita a las reuniones de la Junta Directiva como observador, y a la renuncia de la Sra. Milagros de Pasquarelli, se le elige vocal de dicha Junta. El Ingeniero Casas sugiere la contratación de la Lic. Hortensia de Rivas como Administradora de la oficina de la Asociación en Caracas.
Tenemos que reconocer la positiva labor de Hortensia, como todos la llamábamos, durante largos años, hasta que renunció al cargo por motivos personales.
Durante estos casi veinte años, los componentes de la Junta Directiva no han cambiado mucho. El Presidente fundador fue Mons. Polachini, hasta 1994, cuando lo reemplazó Mons. Alejandro Figueroa, nuevo Obispo de Guanare; el Primer Vice-Presidente, Mons. Alfonso Alfonzo Vaz, sigue hasta la fecha; la Segunda Vice-Presidenta fue la Madre Elizabeth (fundadora) y ahora es la Madre San Bernardo (Omaira Cuevas); la Secretaría ha sido desempeñada durante dieciocho años por la Hermana Niuska Reyes; la Tesorera inicial fue la Hermana María Candelaria y ahora es la Hermana Cira Romero. Los mayores cambios se han producido en los cargos de vocales. Por estos cargos han pasado las siguientes personas, a las cuales reconocemos su entrega y participación en esta ardua tarea de construir el Santuario: General Juan Manuel Sucre Figarella, Dr. Lucas Guillermo Castillo Lara, Sra. Lilia de Convit, Sra. Ana Lugo de Leáñez, Sra.
Ana de Mora, Sr. Rafael Ortiz, Sr. Néstor Romero Mora, Sr. Fernando Villalonga, Ingeniero Julio C Casas, h., Sra Milagros de Pasquarelli e Ingeniero Heberto Pacheco, Lic. Hortensia de Rivas y Sra. Mayra Mendoza.
Para el desempeño de sus funciones, la Junta Directiva tenía que reunirse indistintamente tanto en Guanare, para inspeccionar la obra y tomar decisiones en el terreno, como en Caracas, y esto era todos los meses. Visto retrospectivamente, ello parece otro milagro de Nuestra Señora de Coromoto, quien ilumino el entendimiento de las personas que constituían la Junta Directiva. Estas, sin experiencias en cosas tan complejas como la arquitectura, ingeniería y construcción y más aún, en los aspectos financieros, tenían que tomar decisiones importantes en beneficio del proyecto que llevaban a cabo.
Así como reconocemos el aporte importante de la acción de la Junta Directiva, no menos importante fue el trabajo realizado por los Centros Filiales de Caracas, Valencia, Puerto Cabello, Carora, Coro, Barquisimeto, Maracaibo, Ciudad Bolívar, Barcelona, Mérida, Trujillo, San Cristóbal, Maracay y Caripe. Todos han colaborado en forma óptima, considerando las circunstancias particulares de cada
Centro. Han apoyado la rifa nacional y han organizado sus propios eventos: almuerzos, cenas, verbenas, etc. para la recolección de fondos. Han colaborado con la campaña del Bolívar Coromotano, ideado inicialmente por la Madre Guadalupe. Este evento se desarrollaba durante los meses de septiembre y octubre. Durante muchos años aportó la mayor parte de los fondos que se lograban anual-mente.
Especial reconocimiento debe hacerse a los Centros Filiales por su labor pastoral y social en favor de los más necesitados. La catequesis, la profundización en la fe, el trabajo positivo en las iglesias, el apoyo a los párrocos y la promoción de las peregrinaciones han sido de capital importancia en el proceso de evangelización que la Asociación ha llevado a cabo en todo el país, apoyado por la intensificación de la devoción a la Patrona de Venezuela Nuestra Señora de Coromoto. No nos atrevemos a señalar nombres. Son muchos y no queremos pecar por omisión.
En los diferentes Centros Filiales se realizaba anualmente un almuerzo o cena con tres propósitos. Uno era promover la divulgación de la devoción a la Virgen de Coromoto. Otro, conseguir y motivar a nuevos socios coromotanos. El último, obtener fondos para la construcción del Santuario.
El Centro Filial de Caracas ha celebrado anualmente un almuerzo coromotano. En esta actividad son muchas las personas, principalmente las damas, las que ponen todo su entusiasmo en lograr una masiva concurrencia.
La actividad que todos los coromotanos anhelan anualmente, es la celebración de su Asamblea General a la cual pueden asistir todos los afiliados de la Asociación. En este evento, los Centros Filiales presentan sus informes, lo que trae como resultado una mayor motivación para todos. Se contagian positivamente con las ideas de los demás. Las Asambleas se efectúan en Caracas y Guanare, para que todos presencien el adelanto de la obra de construcción.
Hemos dejado para el último, por considerarlo de capital importancia, la figuración de la Brigada Coromotana en la vida de la Asociación. Desde su inicio, fue pensamiento de la Madre Elizabeth, una gran visionaria, fomentar la devoción a Nuestra Señora de Coromoto a través de la juventud. Así como la familia es la célula básica de la sociedad, la Brigada Coromotana es el relevo generacional de los adultos que componen los Centros Filiales.
Fue a partir de 1976 que la Asociación intensificó su acción destinada a fortalecer esta rama juvenil de su organización. La Hermana Niuska, la Lic. Hortensia de Rivas y el Ingeniero Julio C. Casas, h., se dieron por enteros a la tarea de apoyar las acciones y formación de la Brigada Coromotana.
Se organizaron varios encuentros anuales de los Centros de la Brigada Coromotana, anexados a los Centros Filiales. De esta labor han resultados matrimonios cristianos bien constituidos y vocaciones religiosas. La Asociación está muy orgullosa de sus brigadistas, lo que, además de actuar por cuenta propia en numerosos operativos de solidaridad humana y de pastoral, han brindado gran apoyo a los Centros Filiales. Hace unos años se obtuvo la asesoría espiritual para la Brigada Coromotana en las personas de los sacerdotes Antonio Larroca y Javier Alson. Ellos han desarrollado. esa encomiable labor visitando a las brigadas en varias ciudades del país. La Asociación confía en el futuro aporte de los brigadistas para consolidar la ardua labor que se debe emprender hacia el futuro: para construir el Templo Espiritual.

La primera misa celebrada por Mons. Angel Polachini, Obispo de Guanare, en la cripta del Santuario el 21 de febrero de 1987